Depronto en el viaje todo empezó a ser Do ó Sol, al ir en busca de la Estrada Do Sol nuestros ojos, oídos y habla empezaron a detenerse en aquello donde se leía o se escuchaban las palabras Estrada ó Do ó Sol.
Entrevistando a la gente, siguiendo sus indicaciones y convencidos de que en sus respuestas estaba la clave para llegar al lugar que buscamos. Nos detuvimos en dunas, restaurantes, barrios, calles, posadas y encontramos una playa Do Sol .
Praia Do Sol
Llegamos en la tarde, casi de noche y con grandes expectativas. El lente de la cámara no sabía por dónde empezar . Al principio la playa nos desencantó y la vimos a blanco y negro, pero a medida que empezamos a recorrer el lugar, a dejarlo entrar en nuestra piel y a entender su importancia para el viaje, adquirió color, sabor y rostro.
Esta es una playa llena de matices, de historias, de brisa y de sol donde también se encuentra la magia del Brasil que registramos.
En uno de los negocios de venta de cerveza, camarón, langosta y demás... nos encontramos con una pareja increíble: él es el admirador número uno de Juan Luis Guerra en esta playa y ella con sus ojos de mujer y su sonrisa de niña, es quizá el ser humano más soñador a la orilla de esta playa.
Se llama Praia Do Sol porque es la playa donde se ven los primeros rayos de luz de la madrugada. Al Nordeste de Brasil es aquí donde nace el Sol y por supuesto todo aquel que vaya en busca de la Estrada Do Sol debe pasar por allí.
El viaje continua y queda en nuestra memoria una nueva forma de ver el Sol.
RDS
No hay comentarios:
Publicar un comentario