

Heterogeneidad



Bullicio. Fotografía de Miquel Sureda
Calma
Luminosidad. Fotografía de Miquel Sureda
Oscuridad
Complejidad (puente de Brooklin). Fotografía de Miquel Sureda
Sencillez
Genialidad (Flatiron building)
Austeridad (escuela mixta)


En Khamlia han convivido durante años, habitantes bereberes, árabes y tribus de origen sub-sahariano. Actualmente la mayoría de la población es de raza negra, de la tribu de Los Bambaras, también denominados Gnawas, (nombre que reciben los descendientes de los esclavos que provenían del áfrica negra). En el pasado los aldeanos se ganaban la vida trabajando en los campos y oasis para agricultores ricos y como pastores de camellos y cabras. Ahora empiezan a ser conocidos por la música Gnawa, que llegó de la mano de los esclavos que huyeron de Senegal, Sudán y Malí. Para los Gnawas la música tiene una gran importancia socio-psicológica y juega una papel muy importante tanto en la vida diaria como en los festivales. A veces la usan para ayudar a curar enfermedades, e incluso para entrar en trance y tomar contacto "con el otro mundo"!
5 comentarios:
No podía llamarse de otra manera esta estupenda entrada!
Qué bonita la entrada! Da que pensar....me gustaría que hicieras alguna entrada sobre el tema de la música en Khamlia. Justo me estoy leyendo un libro "Las voces del desierto" , un ensayo autobiográfico de una Norteamericana que acabo conviviendo con aborígenes australianos, ellos prácticamente no hablan, se comunican telepáticamente, la voz la dejan para cantar que es el acceso directo al alma...
Muy interesante tu entrada....al final me voy a enganchar a tu blog!
muak muak
elisabet
Cuan diferentes pueden llegar a ser los mundos... Cuanta diferencia entre nadar en la abundancia, y nadar entre arena...
Saludos
definitavente!...
yo quiero escuchar la musica. Creo que desde alli tb se derivan los contrastes.
Genial!
Un abrazo.
Anna.
Hay sombras y penumbras que rezuman humanidad y el alboroto de miles de vida, un torrente de vida en el transcurrir de cada jornada, a kilómetros de allí la arena dibuja horizontes cambiantes, una paradoja también, aunque al final podría ser un susurro sobre los caminos de cada cual.
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